miércoles, 24 de marzo de 2010

Recuerdo

RECUERDO




A Pilarín Bayona, amistad

Fue una tarde; una tarde sombría.

El sol lentamente,

en el pálido raso se hundía

rojizo y ardiente.

Ella estaba allí purísima, tanto

que el áureo cabello

reflejaba como un sabio manto

dorado destello.

Solitario, en el fondo, se hallaba

el piano entreabierto

y en sus teclas dormidas guardaba,

mal queja de muerto

el recuerdo tan dulce y tan suave

de un bello concierto.

La cabeza soberbia y erguida,

altiva, arrogante

se elevaba hacia el cielo, atrevida,

gentil y anhelante.

Y en los labios granate y de fresa,

vagaba creyente,

y en su frente, como águila presa,

se hallaba impaciente

el recuerdo de Euterpe, indulgente.

Y entre Euterpe sublime, y la joven

elévase el magno

perfil de Beethoven.

La sonata caía perlina

derramándose suave,

y en la tarde rosada, ambarina

se abría la clave,

tan sólo mirarla

como excelsa pregunta del arte

a la mano gentil y ondulante

que sabe arrancarla...

Recuerdo (Poema a Pilar Bayona)
Enrique Jardiel Poncela

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