Nací armando el jaleo propio de esas escenas;
me bautizó la Iglesia con arreglo a sus ritos,
y Aragón y Castilla circulan por mis venas
convertidos en rojo caldo de eritrocitos.
¿Cuál de las dos regiones pesa en mi corazón?
Es difícil hallar la clave del misterio...
Tal vez pesa Castilla cuando me pongo serio,
y cuando estoy alegre, tal vez pesa Aragón.
A semejanza de otras diversas criaturas,
me eduqué en el temor del Dios de las Alturas;
pero perdí el temor —o la fe— que es lo mismo,
cuando, en años después, practiqué el alpinismo.
Escribo, porque nunca he encontrado un remedio
mejor que el escribir para ahuyentar el tedio,
y en las agudas crisis que jalonan mi vida
siempre empleé la pluma como un insecticida.
Fuera de las cuartillas, no sé de otro nirvana.
No me importa la gloria, esa vil cortesana
que besa igual a todos: Lindbergh, Charlot, Beethoven...
Y no he ahorrado nunca, pensando en el mañana,
porque estoy persuadido de que he de morir joven.
Soy Francisco Umbral, y he venido a bautizar con whisky su bitácora.
ResponderEliminarEn Trilogía de Madrid escribí sobre usted:
"Jardiel y Mihura, con ser de derechas, eran mucho mejores que Casona. Qué le vamos a hacer. Jardiel y Mihura, como los poetas que he dicho antes, creyendo ganar la guerra, la perdieron. Pero eran mucho más escritores que algunos exiliados. Esto de la literatura y la política no siempre casa..."
Sin embargo, al petimetre del Príncipe de ArroyoLuche le gusta más Casona que a un tonto una tiza. Puro romanticismo. Y usted y Mihura son unos intelectuales.
Bona nit, Jardiel, soy el Pla, me llama la atención el comentario que le ha escrito a este joven, ¿cómo se dice? Príncipe, un aristócrata, je, je, qué guasón, tiene cuyóns la cosa... Yo escribí también algo similar, cuando el médico me prohibió los cigarrillos, es que si pierdo la calada pierdo el ritmo de la escritura, je, je...
ResponderEliminarTambién fumo mientras paseo, escribí:
"En mis viajes a pie no entra jamás preocupación alguna de sentido heroico o deportivo. No devoro kilómetros, ni colecciono paisajes; jamás se me ocurrió escalar picachos ni descender a las profundidades de la tierra. No suelo ir vestido de excursionista ni de acampado. Me paseo por las carreteras, sencillamente, fumando cigarrillos"
Ha pasado por aquí antes ese chico, Paco, Paco Umbral, lo sé por el olorcillo a güisqui, que él se toma para inspirarse, al igual que yo, que me tomo mis joni walkers, pues le digo una cosa, Jardiel, este chico, Paco Umbral, promete...
Yo soy Jose Hierro, y al igual que ustedes, Enrique, no concibo la escritura fuera del café al que voy todas las mañanas, a tomarme mi anís.
ResponderEliminarMe gusta su poema, sobre la vida, ¿no?
Yo tengo otro:
"Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!»
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!»
Ahora sé que la nada lo era todo.
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada."
Enhorabuena por este blog, y por poner un nuevo grano de arena para que la vida y la obra de este genial humorista sea más y mejor conocida y valorada por todos.
ResponderEliminarPor cierto, ya he añadido el vínculo de este blog al mío, y te agradezco que te hayas pasado a visitarlo.
Un saludo.
Qué revista tan loca y maravillosa es "La hora XXV". ¿Tienes muchas? yo encontré unas pocas en el puesto de libros que había en el bulevar de Santa Bárbara
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